Hoy más que nunca siento el peso de lo vivido, realmente no fue uno de esos volátiles sueños que terminaban con mi expresión de "no debía despertar" chocándose con la fría funda de una almohada, la vida me sorprendió grandemente, tanto que aún al recordar en mi mente cada hora de ese día se me eriza la piel.
Fue mi primera vez, fue con mi primer amor, la primer banda que logro que este frío corazón, lastimado, herido, y golpeado por situaciones complejas, volviera a latir de felicidad.
Ese 5 de marzo, en que se anunció que tocarían suelo argentino hizo que mi mundo temblara, no había un solo instante en el que no pensara en ello, los obstáculos que tuve que saltar para obtener mi ansiado ticket valieron la pena, en ese largo trayecto conocí "virtualmente" personas maravillosas, compañeros de pasiones e historias que nos unían a pesar de la distancia.
Los días se pasaron rápidamente, la espera se acortaba, y la cuenta regresiva estaba llegando a su fin, cuando menos lo esperaba ya tenía mis pies dentro del colectivo, la madrugada del 8 de abril fue asediada por una intensa lluvia, que aunque quiso no pudo detener ni impedir la llegada predestinada de cada fan al Luna Park, ni hacer huir a los valientes que abandonaron sus cómodas y cálidas camas para cambiarlas por el duro cemento de las calles de Buenos Aires.
Ya en una ciudad donde me sentía tan extranjera como pez fuera del agua, tome mi mochila cargada de comida, pensamientos y sentimientos encontrados, me pare firme y abrace las ilusiones que creía tan lejanas e imposibles. La magia se podía palpar y Dios quiso que todo sea perfecto en su modo, no creo en casualidades creo que todo tiene un porqué y un para qué, caminé unos largos minutos, mientras los mensajes iban y venían, el clásico ¿Llegaste bien? de mamá no se hizo esperar. Nuestros pasos se cruzaron entre la multitud y la alegría de saludar a quienes se volvieron más que hermanos ya era un hecho.
El tiempo no daba tregua, las horas no volaban, pero poco a poco el día oscurecía lentamente, las filas comenzaban a formarse y entre charlas con los que compartíamos el momento las puertas hacía "nuestro paraíso" se abrían para dejar fluir los nervios.
Entregué mi ticket, la emoción se aferró a mis huesos, no puedo negar que las rodillas me temblaban, ni siquiera había comenzado el show pero las lagrimas nacieron sin aviso previo, la encargada de abrir la noche fue "Viqo" la ganadora de un reconocido concurso de K-POP, luego de cantar y hacer encender la llama dentro de cada persona que llegaba al estadio, se apagaron las luces, el silencio era notorio, de repente me sentí inmersa en un mar aqua pearl, parecía encogerme a medida que una nueva luz se encendía dentro de esa profunda oscuridad.
El escenario se iluminó y ahí estaban, solo divisaba cinco figuras en medio de luces y humo artificial, mi respiración se acelero mientras el lugar estallaba en gritos de felicidad, la música sonó al ritmo de "Spoiler" la gente saltaba, coreaba y así paso con las demás canciones, ver a SHINee en vivo y en directo, ver bailar a Taemin moviendo cada músculo de su cuerpo, oír la hermosa voz de Key que solo horas atrás hacía eco en mis audífonos, sorprenderme con las largas pero perfectas piernas de Minho, admirar la sonrisa de Onew y gritarle con todas mis fuerzas que en mi mochila tenía pollo para él (Dudo que desde platea corriente me escuchara), pero no podía guardarme nada, Jong Hyun y su efusividad me alentaban a levantar los brazos y desear tocar el cielo, aunque para mí ya estaba entre nubes de notas musicales...
Sin noción del tiempo, sin noción de lo que ocurría afuera, estábamos en otro mundo, eso era SHINee World, el lugar donde los problemas se esfumaban y los anhelos de todos se mezclaban en el aire haciéndose uno, nadie quería irse, las culturas compartieron emociones, estos cinco ángeles lograron que nuestros corazones latieran al compás del amor.
Las palabras jamás alcanzan para expresar lo que se esconde en lo más íntimo, los recuerdos más valiosos los llevo grabado en mi mente, en mis retinas, porque una cámara no puede capturar el alma y lo que se transmite, ese 8 de abril recibí cariño y brinde cariño, nunca podre borrar esta experiencia y se qué en un futuro cuando relea estas palabras volveré a sentir lo mismo que aquel día.
Mi primer concierto de K-Pop, mi primera vez, pero sé que no será la última.
Fue mi primera vez, fue con mi primer amor, la primer banda que logro que este frío corazón, lastimado, herido, y golpeado por situaciones complejas, volviera a latir de felicidad.
Ese 5 de marzo, en que se anunció que tocarían suelo argentino hizo que mi mundo temblara, no había un solo instante en el que no pensara en ello, los obstáculos que tuve que saltar para obtener mi ansiado ticket valieron la pena, en ese largo trayecto conocí "virtualmente" personas maravillosas, compañeros de pasiones e historias que nos unían a pesar de la distancia.
Los días se pasaron rápidamente, la espera se acortaba, y la cuenta regresiva estaba llegando a su fin, cuando menos lo esperaba ya tenía mis pies dentro del colectivo, la madrugada del 8 de abril fue asediada por una intensa lluvia, que aunque quiso no pudo detener ni impedir la llegada predestinada de cada fan al Luna Park, ni hacer huir a los valientes que abandonaron sus cómodas y cálidas camas para cambiarlas por el duro cemento de las calles de Buenos Aires.
Ya en una ciudad donde me sentía tan extranjera como pez fuera del agua, tome mi mochila cargada de comida, pensamientos y sentimientos encontrados, me pare firme y abrace las ilusiones que creía tan lejanas e imposibles. La magia se podía palpar y Dios quiso que todo sea perfecto en su modo, no creo en casualidades creo que todo tiene un porqué y un para qué, caminé unos largos minutos, mientras los mensajes iban y venían, el clásico ¿Llegaste bien? de mamá no se hizo esperar. Nuestros pasos se cruzaron entre la multitud y la alegría de saludar a quienes se volvieron más que hermanos ya era un hecho.
El tiempo no daba tregua, las horas no volaban, pero poco a poco el día oscurecía lentamente, las filas comenzaban a formarse y entre charlas con los que compartíamos el momento las puertas hacía "nuestro paraíso" se abrían para dejar fluir los nervios.
Entregué mi ticket, la emoción se aferró a mis huesos, no puedo negar que las rodillas me temblaban, ni siquiera había comenzado el show pero las lagrimas nacieron sin aviso previo, la encargada de abrir la noche fue "Viqo" la ganadora de un reconocido concurso de K-POP, luego de cantar y hacer encender la llama dentro de cada persona que llegaba al estadio, se apagaron las luces, el silencio era notorio, de repente me sentí inmersa en un mar aqua pearl, parecía encogerme a medida que una nueva luz se encendía dentro de esa profunda oscuridad.
El escenario se iluminó y ahí estaban, solo divisaba cinco figuras en medio de luces y humo artificial, mi respiración se acelero mientras el lugar estallaba en gritos de felicidad, la música sonó al ritmo de "Spoiler" la gente saltaba, coreaba y así paso con las demás canciones, ver a SHINee en vivo y en directo, ver bailar a Taemin moviendo cada músculo de su cuerpo, oír la hermosa voz de Key que solo horas atrás hacía eco en mis audífonos, sorprenderme con las largas pero perfectas piernas de Minho, admirar la sonrisa de Onew y gritarle con todas mis fuerzas que en mi mochila tenía pollo para él (Dudo que desde platea corriente me escuchara), pero no podía guardarme nada, Jong Hyun y su efusividad me alentaban a levantar los brazos y desear tocar el cielo, aunque para mí ya estaba entre nubes de notas musicales...
Sin noción del tiempo, sin noción de lo que ocurría afuera, estábamos en otro mundo, eso era SHINee World, el lugar donde los problemas se esfumaban y los anhelos de todos se mezclaban en el aire haciéndose uno, nadie quería irse, las culturas compartieron emociones, estos cinco ángeles lograron que nuestros corazones latieran al compás del amor.
Las palabras jamás alcanzan para expresar lo que se esconde en lo más íntimo, los recuerdos más valiosos los llevo grabado en mi mente, en mis retinas, porque una cámara no puede capturar el alma y lo que se transmite, ese 8 de abril recibí cariño y brinde cariño, nunca podre borrar esta experiencia y se qué en un futuro cuando relea estas palabras volveré a sentir lo mismo que aquel día.
Mi primer concierto de K-Pop, mi primera vez, pero sé que no será la última.